No recuerdo cuándo lo
noté por primera vez.
Creo que la vi reflejada en la ventana.
Llovía ese día. Cómo
me gusta la lluvia…
Y mirando el paisaje
estaba yo cuando ella movió sus ojos.
Me miró y me dijo: “Tu elemento es el
agua y la lluvia te purifica”.
Esa tarde caminé sola
por las calles inundadas, con el agua hasta los tobillos, chapoteando como una
niña que nunca había visto llover, cantando canciones, cantándole a la lluvia.
Mi reflejo me habla.
Me dice quién soy como
si yo no lo supiera. Quizá no lo sé.
Quizá sea ella quien
me guíe hasta encontrarla, encontrarme en ella y ser una sola y auténtica
persona.
¿Quién soy yo? Me
responde que somos lo mismo.
No me gusta su
filosofía simplista y evidente.
¿Qué es lo que debo
encontrar en mi reflejo? ¿Es que hay algo que deba encontrar?
Mi reflejo me habla.
Habla en metáforas que
no me dicen nada. Habla como si no fuésemos la misma.
“No, no lo somos. Sólo
soy alguien que se parece a ti”.
Quiero liberarme. Ya
no quiero escucharla.
Déjame volver a como
era antes… ya no sé quién soy.
¿Soy real? ¿o soy yo
quien está del otro lado del espejo?
Mi reflejo me habla.
… y en sus palabras
estoy atrapada.
Escrito el 9 de Octubre de 2012
Aizu Kanna®
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